viernes, 19 de marzo de 2021

ESPAÑA ESTÁ DEPRIMIDA

ESPAÑA ESTÁ DEPRIMIDA. Carmen Pastor
Ya no solo como personas individuales (la tasa de depresión va a aumentar un 20 % en los próximos meses) sino como población y como país. España está deprimida.
Y tiene todos los síntomas: está irritable, triste, sensible en extremo, con problemas de sueño, con falta de concentración, tiene dificultad para tomar decisiones, falta de apetencia y desilusión.
Nuestro país, sino deprimido clínicamente, sí tiene un fuerte bajón de estado de ánimo.
Los factores contribuyentes a este cambio son claros:
- La pérdida de reforzadores: en el trabajo, con los ERTES, los cierres de negocios, los cambios bruscos al trabajar online, ...; pérdidas afectivas: de seres queridos, de reuniones sociales, de los tan deseados abrazos, ...; pérdida de aficiones y ocio: deporte (mi tenis!!!), viajes, arte, ocio nocturno, bailar, conocer gente nueva, ligar cara a cara como antes, ...; pérdidas de mimo personal (lo más snob es la moda chandalera o pijamera, y las mascarillas de colores)...; pérdidas en los estudios, no comment!
- La ruptura de cadenas conductuales: porque si no trabajas presencial, te pierdes el almuercito o el café con los compañeros. Porque ya no visitamos a los abuelos, ni a los padres de la misma forma y se pierden tradiciones como la paella de los domingos. Porque ya ni compramos como antes, que ibas de tiendas, ahora todo son paquetes de Amazon.
- El aumento de la aversión: la enfermedad, el confinamiento, el miedo, el estrés que conlleva estar en guerra con el virus, la falta de información, la confusión generalizada,
- Y la perdida de reforzadores simbólicos. Este país está perdiendo valores muy suyos: la alegría, el contacto físico, las multitudes, nuestras fiestas (mis queridas fallas), la solidaridad, el entusiasmo, la facilidad para hacer amigos, para hablar, para reír...
Cumplimos la tríada cognitiva:
1. Tenemos una visión pesimista de nosotros mismos. No nos sentimos muy orgullosos de nuestro país, de la gestión, de los políticos de cualquier color, de las decisiones del sistema educativo, de nuestro sistema sanitario del que siempre hemos presumido, ...
2. Nuestra visión del mundo que nos rodea es de hostilidad. Estamos rodeados por un virus, sin armas potentes, y con obstáculos en cada esquina.
3. Y el futuro no es muy esperanzador. No hablemos de las vacunas, por favor.
Así que, España debe ponerse en terapia. Urgentemente. Y necesitamos un buen programa de actividades agradables, sin riesgos, pero con positividad. Y necesitamos una eficaz Resolución de Problemas. De verdad. Y urge también evaluar y debatir nuestros pensamientos catastróficos. Es un momento de reflexionar y de actuar con lucidez. De meditar y de aceptar. Es un momento para ponerse en manos de la psicología.
¡España: a terapia, por favor!

HUELE A TORMENTA

HUELE A TORMENTA. Carmen Pastor
Ese cielo gris, nubes negras, ese silencio sin pájaros, no hay viento, nada se mueve y huele a lluvia. Sabes que la tormenta está por llegar.
También en las emociones a veces se huele la tormenta. La piedra en el estómago, la inquietud en el pecho, y tus pensamientos a la espera de lo que va a llegar.
Y empieza la lluvia, y aun esperándola te sorprende. Puede ser muy fuerte, con rayos, truenos y hasta granizo. Te puede asustar mucho.
Pero si la dejas caer, si te consigues un rinconcito para verla desde la ventana, si te distancias y la contemplas, dejándola seguir su curso, sin luchar contra ella, la entenderás como parte de la naturaleza. Y después, después, verás aparecer ese maravilloso rayito de sol o incluso todo un arco iris.
Con las emociones pasa parecido. Te anticipas a la tormenta, la sufres antes, te quita el sueño, la respiración, la paz. Y te puede asustar mucho.
Pero si consigues dejar que pase sin intentar parar tus pensamientos y tus sensaciones, si comprendes tus sentimientos y sobre todo si sabes que va a tener un final, serás capaz de aguantarla, soportarla, vivirla y aprender de ella. Y la entenderás. Y después, siempre hay un después, también verás ese rayito de sol en forma de autoestima, de crecimiento personal que da el haber podido con la tormenta emocional.
Huele a lluvia. Huele a quietud. Huele a arco iris. Huele a terapia.